Es fundamental estar alerta y proteger a las niñas de posibles situaciones de riesgo. Es importante que los adultos responsables estén atentos a cualquier señal de alerta que pueda indicar que un familiar tenga malas intenciones hacia la niña. Es fundamental mantener una comunicación abierta con la niña, fomentar la confianza para que pueda expresar cualquier incomodidad o preocupación, y actuar rápidamente ante cualquier indicio de peligro. Además, es importante educar a las niñas sobre sus derechos, su integridad y la importancia de comunicar cualquier situación que les cause malestar. La protección de las niñas debe ser una prioridad para prevenir situaciones de abuso o maltrato.
